Operación Cuenca: Diario de viaje

Una vez más, me encontraba solitario y en una ciudad que no conocía. Lo que me gusta de viajar solo es que te obliga a estar inmerso en tu propia realidad y a volverte más social. Además el hecho de encontrarte en un ambiente desconocido te permite tomarte la libertad de ser y hacer lo que quieras.
Después de instalarme en un hostal y hacerme un ABC (Always Be Clean), salí a comer algo. Mientras buscaba un restaurante vi a través del vidrio de un local a una rubia hermosa. Conté 38 segundos y entré. Mientras se cocinaba mi orden, me di cuenta que ella estaba leyendo una guía de viaje así que le pregunté si en su libro tenía un mapa de Cuenca. Cuando estas de viaje no necesitas abridores por que tienes muchas preguntas que se generan a partir de una curiosidad natural. La rubia me respondió que no, puso una cara de “como sea” y siguió leyendo su guía como si nada hubiera pasado.

Ahora, en este punto muchos se desaniman y abortan la misión. Lo importante es recordar que la mayoría de veces las mujeres siempre se muestran indiferentes, aun cuando les parezcas atractivo. Nada personal, solo es el protocolo del juego.
Era mi primer día en Cuenca, y mientras comía tratando de encontrar una manera de reabrir el set, empecé a sentirme con tanta suerte como una herradura de caballo. Tenía el combo ganador: Me veía bien, olía bien y me sentía como un billete de cien. Ya lo había hecho antes en mis dos últimos viajes. En Lima y en Galápagos había levantado en el primer día. Si puede hacerlo una vez, seguro podía hacerlo dos veces. Bueno, tres en este caso.

Mr Hyde: Oeee! Según tu guía… que recomienda hacer en la noche?
Rubia: Blablablabla.

Y comenzó la conversación. Después de hablar cinco minutos solo dije: “ya me tengo que ir pero, ¿puedo sentarme un rato?”. Listo, ya estaba en su mesa. Quisiera explicar que es lo que dije, pero no me acuerdo. Si estas sazonado lo suficiente sabrás que lo importante es como dices las cosas. Algo recuerdo acerca de hablar sobre vegetarianismo, pintura y de robar un banco, comprar un Cadillac y manejar juntos hasta nuevo México.

Después le leí la mano, aun cuando no tenía la más mínima idea de cómo hacerlo. Le termine diciendo que iba a vivir en abundancia, no iba a vivir mucho tiempo e iba a terminar sola y sin amor. ¡Ahhh que lindo que es vender sueños!

Salimos del restaurante y nos fuimos a una discoteca. Eso si siempre echando una restricción de tiempo: “vamos pero tengo que dormir temprano por que mañana quiero patinar”.
En este punto la rubia me parecía tan hermosa. Es lo que los PUAs puntuarían 9 y en lo que va de mi corta vida, la mujer más guapa con la que he estado. Sin embargo, para mi el juego es binario, es 1 o 0, o me gusta o no. Está francesa estaba 1+.

Entramos a la discoteca, Hi5 al barman y “dos mojitos por favor”. Comenzamos a bailar de la forma más ridícula; cada uno se inventaba un paso, nos dábamos vueltas y nos reíamos de la ridiculez del otro. Un poco de kino y en modo cavernícola; sin frases, sin preguntas; comenzamos a besarnos. Cuando finalmente nos sentamos, todo el mundo en la pista también se fue a sentar. Entonces nos dimos cuenta que no estábamos en una fiesta… nosotros éramos la fiesta.

Dos mojitos más y a dormir se ha dicho. Una de las cosas que más atracción genera es siempre ser el primero en acabar la interacción. Ya sea en el teléfono, en una cita, o dando besos: Siempre se el primero en terminar la interacción. Eso las deja con ganas de más.

La deje en la puerta de su hotel, le di un beso y me fui.

Rubia 1+: Dame otro beso
Mr. Hyde: Deja algo para la segunda cita mujer.

La cara se le ilumino y puso una sonrisa que prometía venganza. No iba a intentar ir por el fuckclose. Al menos no esa noche. La paciencia demuestra carencia de necesidad. La necesidad carencia de recursos, lo que se traduce como una perdida en la atracción.

Al otro día cada uno tenía sus propios planes. Ya por la noche nos reunimos de nuevo. Dos mojitos más y mientras conversábamos ella me dice:

Rubia 1+: Me voy a dormir
Mr. Hyde: Ok, pero por que mejor no vienes y duermes conmigo y te cuento un cuento y te acaricio el cabello.
Rubia 1+: Bueno, pero solo quiero dejar claro que no voy a tener sexo contigo.
Mr. Hyde: Bueno. Yo entiendo y respeto eso. Ahora vamos.

Si me dieran un dólar por cada vez que he escuchado eso tuviera suficiente dinero, no para una casa, pero si lo suficiente para no tener que gastar mi dinero en condones.
Nos fuimos a mi hotel y nos metimos a mi cama. Veinte minutos después ya estaba haciéndole el amor. En la mañana ella se levantó, cogió mi cepillo de dientes, se lavó la boca, me dio un beso, me dejo su mail, yo le di mi número y se fue. Mientras se iba me guiño el ojo, yo se lo guiñé de vuelta, salió por la puerta y se marchó. Su viaje tenía que continuar, al igual que el mío.

Después de eso, lo único que pude hacer es recordarle a mi cráneo que el nombre del juego es “Cop and Blow”. Me volteé a un lado de mi cama, cogí mi libro de Iceberg Slim, y en el silencio de la mañana comencé a leer. Ahhh!!! Ojala todas las mañanas fueran así de perfectas.



Saludos cordiales,



Mr. Hyde